top of page

La vida tras una corona

  • KARINA ROJAS
  • 5 dic 2016
  • 3 Min. de lectura

Angel Castillo


Ángel Castillo más conocido como Angele, ex reina de la Organización Coshinelli llegó a Quito hace 22 años con la esperanza de encontrar una vida mejor. En su camino encontró dolor, alegría, lágrimas, risas, maquillaje y uno que otro vestido acompañado de una corona.


Sin duda, ese conjunto de emociones, belleza y lucha ayudaron a despenalizar a las personas con distinción de género, orientación sexual o identidad en el Ecuador.


  • ¿Alguna vez te has sentido agredido física o verbalmente debido a tu inclinación sexual?


Sí, porque a veces son gente homofóbica. Son personas que no tiene respeto por los demás porque tienen miedo de ser como verdaderamente anhelan.” A esas personas les da coraje y vergüenza de demostrar quienes son. Dice.



  • ¿Sientes que la ley es incluyente con la gente de sexualidad diversa?


Sí, los tiempos han cambiado y en la actualidad los derechos para las personas LGBTI se han dado a conocer y deben ser respetados y acatados.

“En este mundo hay de todo, y tuve el agrado de encontrarme con gente realmente maravillosa que no les importa lo que uno es. Cuando tenía 21 años y llegue a Quito la Ley no era para nada incluyente, yo no tenía derechos. Había gente que nos odiaba, era bastante común ser agredido por personas homofóbicas porque sentían que si pasaba por al lado suyo o me sentaba junto a ellos en el bus, podía contagiarlos con mi “enfermedad” pero esto no es un enfermedad, me sentía realmente incómodo”, respondió.


  • ¿Te sientes incluido y aceptado en tu familia y grupo de amigos?


Sí, siempre me sentí apoyado e incluido con el mismo grupo LGBTI, mis amigos de toda la vida y mi familia, bueno con mi familia al principio fue difícil debido a mi decisión , pero ya se echaron al dolor, alardeó con una carcajada. Ellos sin duda ha sido un pilar fundamental en mi vida.



  • Si pudieras cambiar el pensamiento de la sociedad, ¿qué sería?


No tengo el poder para cambiar a nadie, cada quien se juzga y se condena por sí solo, yo respeto para que me respeten y así vivir ten paz.


  • ¿Piensas que Quito es una ciudad incluyente?


No, todavía le falta lograr un pensamiento incluyente en la sociedad. No basta con eventos o marchas exigiendo algo que debería ser respetado. Quito avanzó mucho, lo sé, pero son las personas quienes no avanzan. Quizá es la cultura quiteña, falta de estudios o simplemente gente que decide ignorar el tema pero son las personas de Quito que no son poseen una mente y corazón incluyente.


  • ¿Podrías contarme tu historia de cuando fuiste reina?

Claro, fue una experiencia verdaderamente hermosa. Era muchacho, tenía 19 años y me eligieron como reina de la Organización Coshinelli que ahora es el la Organización LGBTI, con el fin de despenalizar la homosexualidad en Ecuador.


Recuerdo que enviamos al Congreso que ahora es la Asamblea Nacional una ley que pedía que todas las personas que conformamos el grupo LGBTI teníamos derecho a ser considerados “personas”. Pedíamos todo o nada, o somos o no, punto, dijo alzando la voz.


Varios departamentos del Congreso como el de Recursos Humanos colaboraron con esta iniciativa y con la ayuda de grupos aliados que nos apoyaron al cien por cien logramos ser escuchados.

Todas las marchas y protestas que yo participe como reina fueron de mucha ayuda para conseguir nuestros derechos. Por primera vez me sentía parte de una sociedad que me aceptaba aunque muchos no estén de acuerdo.


Desde entonces vivo sin miedo de ser abucheado, discriminado, llevado a la cárcel o simplemente ser como soy. Un gay

Fotografía Angel Castillo

Los colectivos LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales) han realizado esfuerzos significativos para lograr el reconocimiento y garantía de sus derechos. En Ecuador la homosexualidad fue penalizada hasta 1997. Fue, de hecho, uno de los últimos países en dejar de hacerlo en América Latina. Dicha despenalización marcó un hito histórico en la lucha para alcanzar otros derechos como la no discriminación por motivos de orientación sexual.


La acción de dichos colectivos resulta fundamental en el contexto mundial, regional y local. Su trabajo ha sido, día a día, poder evidenciar que, como sujetos, son diversos y como seres humanos son titulares de derechos, por lo que merecen igualdad de condiciones sin distinción de género, orientación sexual o identidad.

Comments


Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic

© 2023 The Journalist. Proudly created with Wix.com

bottom of page