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Más que una profesión es una pasión, la danza con “Andrea Jaramillo”

  • Nataly Paredes N
  • 7 ene 2017
  • 3 Min. de lectura

Andrea Jaramillo estuvo en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), para hablarnos sobre algo que más que una profesión es una pasión, la danza. Ella es Coordinadora Artística y Maestra de Técnica Clásica de la Compañía Nacional de Danza del Ecuador. Egresó del Instituto Superior de Danza y formó parte de Ballet Nacional del Ecuador como Bailarina Principal y Maestra Ensayadora.


¿Qué es la danza para ti?


“Es mi vida, es un arte para nada físico que transmite paz y armonía”, sostuvo la bailarina.


¿Quiénes son aptos para ejecutar la Danza?


Toda la gente puede realizar un baile, pero no todos pueden hacer la danza de los cisnes, si se desea algo de ese nivel se requiere más preparación


¿Qué edad es la idónea para empezar en el mundo de la danza?


Mientras más pronto mejor, yo diría que los 9 años sería la mejor edad para iniciar, a esta edad es importante aprender a moldear tu cuerpo y tomar hábitos necesarios que necesitan los bailarines resulta más sencillo que a una edad avanzada, además la flexibilidad del cuerpo es una ventaja a esta edad.


¿Cuáles son las responsabilidades de un bailarín?


Los bailarines y los maestros tienen responsabilidades diarias como: no faltar a los ensayos, cuidar su cuerpo, memorizar rutinas, tener predisposición para las funciones, tener voluntad para crear danza y para fusionar todo eso en un tiempo muy corto; sin olvidar que las capacitaciones siempre son permanentes.


¿Qué danza es la más complicada de realizar?


Sin duda el ballet, es muy técnico, y necesita de mayor preparación y dedicación, comparada con otros tipos de danza.


¿Cómo es el proceso de convocatorias para los bailarines en la Compañía Nacional de Danza?


El proceso es como cualquier institución. Hay una vacante y se llama, en caso de contrato también se llama al público. Aquí tiene que pasar todo el proceso. Debe pasar por la Red Socio Empleo, pasas una audición, pruebas psicotécnicas y otras más, una entrevista; como cualquier empleado público. Hemos tratado de evadir eso porque al bailarín no se le lee.


La oferta laboral es limitada, pues el problema es que exigen títulos de nivel superior y capacitaciones. Lamentablemente aquí en el país te exigen los cartoncitos y no puedes ir a cada audición cargando eso. En otros países te presentas con tu cuerpo, aquí con papeles.


¿Cómo hacen ustedes para que todas las personas podamos recibir el mensaje durante una obra?


Verás, en el ballet clásico tienes una historia, como “Carmen”, entonces todo el mundo va a entender que hizo esto, hizo esto otro y que luego la mataron y tan tán, entonces no puedes salirte de esa historia. La danza contemporánea es muy abierta, y eso es lo bonito de ésta danza; que cada quién se lleva lo que entendió, lo que le gustó y no le gustó.


¿Cuál es la situación de los hombres en el arte de la danza?


Es muy triste, el limitante cerebral que tiene los ecuatorianos es complejo, el ballet es un oficio para hombres valientes; homosexual, gay, marica; son algunos de los apelativos que con frecuencia se escuchan al referirse a los hombres que practican este arte. ‘’Es un oficio con bastante exigencia física y mental, que para cualquier deportista sería digno de respeto’’, señala la bailarina.


¿Cuál ha sido tu mejor experiencia en la danza?


“Cuando fui bailarina y maestra a la vez. En el caso de bailarina la obra que me marcó para siempre fue Carmen porque me entregué tanto en el escenario que me la creí y el público se la creyó”.


En el caso de maestra, “instruí a los más pequeñitos y hasta ahora voy a las funciones infantiles y me siento orgullosa porque yo aporte algo para esa personita”, señala la bailarina.


¿Cuál es el mensaje que deja a los amantes de la danza?


“Que luchen por sus sueños y nunca se rindan hasta alcanzarlo, si la danza es su camiseta y le queda, pues adelante y póntela”

 
 
 

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