Quito se enciende
- Jerson Moposita
- 4 dic 2016
- 1 Min. de lectura
Me dirigí, entonces a ver este espectáculo, el de las luces, que se lleva a cabo por la conmemoración del Habitat en nuestra capital; y empecé mi trayecto, desde la Universidad Tecnológica Equinoccial (Campus Occidental) hasta el Quito colonial, por lo general el tiempo de traslado entre estos dos puntos es de 30 minutos.
Ocho y treinta en el reloj del auto, lo encendí y luego de 30 minutos, no había llegado ni a la mitad del camino a recorrer.
Los siguientes 10 minutos fueron de desesperación y angustia,el tráfico se quedó estático,pálido ante los ensordecedores gritos e insultos que vociferaban los señores conductores. El sonido del clacson parecía arrullarme, y decidí apagar el auto.
Me desperté con el grito acompañado de su respectivo pitaso, proveniente de un taxista que se apareció en mi retrovisor, que insultando a mi madre, gritaba que me moviera.
20 minutos después, el tráfico aunque lento ya circulaba, eran las nueve y treinta.

Al parecer Rodas y su consejo, decidieron abrir algunas de las vías para que el caos se apacigüe un poco. Entonces aterrice el sueño, de que ver tantas nacionalidades no es tan bonito, o al menos no en nuestra alargada ciudad
Con las vías alternas habilitadas,me tomó 40 minutos llegar a mi destino y 15 minutos más para encontrar parqueadero, aprovechandome de la viveza criolla,claro está.
En fin Quito se encendió, y no solo por las luces, sino por el caos vehicular y peatonal que ocasionaron los eventos culturales, llevados a cabo por el Habitat, pero ¿Acaso eso no es un Hábitat?
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